Y conforme sonaba he apretado el acelerador...mi acelerador... mi coche... y he querido quemar el asfalto, quemar las ruedas... he querido quemar mi piel, abrasar mi lengua... y dejarlo todo atrás. Un depósito lleno de gasolina, la radio atronando en el interior del coche y así, quemando asfalto dejar todo lo que conozco atrás y adentrarme en alguna ciudad nueva y comenzar de nuevo, siendo nadie, teniendo nada. Siendo una semilla que brota con ansias de crecer.
Y tú... ¿qué harías la última noche en la tierra?