Cómo
empezar? Es un poco difícil… creo que empezaré hablando de una canción. Cuando
eres niño, no esperas que una canción cuyo videoclip te ha dejado clavado cientos de veces en el
salón de casa de tu abuela, marque un referente en tu vida adulta. Cómo podía
pensar yo que viendo AHA con su Take on me, cuando a penas era un garbanzo iba a ser la misma canción que
iba a escuchar dieciocho años después en un Mercedes antiguo, al lado de una persona
que me mostró por primera vez en
veintiún años que estaba viva. Aquella persona que me dijo que en ese especie
de grito, en realidad, el cantante decía “in a day or two”… Canción que no he
podido oír en siete largos años sin sentir una dolorosa náusea. Cuán apropiada
me parece ahora la letra…
Antes de
ayer, por motivos diversos, decidí que debía dejar de escribir aquí, ante el
desconcierto de todos, enfado de unos, aceptación de unos cuantos y apoyo
incondicional de unos últimos.
Pero hoy he
derramado una lágrima al escuchar esta canción, encontrada por azar. Moraleja…
hasta la mejor canción puede tener su versión y con permiso de AHA… puede ser
hasta mejor. Y acompañada por estos acordes recorro mi paseo diario hasta el
coche con mi blusón verde favorito, las botas de piel, este pelo larguísimo que
me voy a tener que cortar, pero que cada día me gusta más y mi
sonrisa…disfrutando de un maravilloso día azul. Me quedo con mi Anni B Sweet.
Qué
maravillas aguarda la vida tras las esquinas…??
Qué más me
ha hecho llorar hoy? Un libro que compré
hace aproximadamente quince días. Sólo El Señor de los Anillos, me había hecho llorar. La sonrisa de las
mujeres, que ahora descansa sobre la mesa de mi jefe, al cuál se lo he
lanzado tras terminármelo…dicho sea de
paso, en el baño, ya que no iba a esperar a llegar a casa. Es un libro que te
arranca una sonrisa a cada página y una
lágrima al final. Un libro, de los que te recuerdan que sigue habiendo magia
cotidiana. Que el amor, de verdad, existe…
Y la
conclusión a la que me ha llevado el
libro es, señores, los capítulos de nuestra vida, están en blanco y sólo
nosotros podemos decidir qué escribir en ellos.
Así que este
post, lleno de “iluminaciones”, va dedicado a mis cuatro pilares, por creer en
mí cuando no me queda fe.
A Anita, por
ser mi ese árbol, grande, fuerte y sereno, donde apoyarme y reposar. Por leer
la bazofia que escribo y animarme a seguir con ello.
A mi viejo
sabio… mi hermano, por cogerme de la mano justo cada vez que tropiezo por
caminos pedregosos.
A Virgi… mi
faro en la niebla… mi Hermana y compañera.
A ti… por
decirme con total tranquilidad que leerás mi relato, cuando lo publique, por mostrarme el camino y
decidir acompañarme en él, a pesar de las dificultades. A ti por inundarme de
paz. TU PECOSA NO SE RINDE… ESTÁ HECHA DE TITANIO
No hay comentarios:
Publicar un comentario