viernes, 11 de mayo de 2012

Take on me...


Cómo empezar? Es un poco difícil… creo que empezaré hablando de una canción. Cuando eres niño, no esperas que una canción cuyo videoclip te  ha dejado clavado cientos de veces en el salón de casa de tu abuela, marque un referente en tu vida adulta. Cómo podía pensar yo que viendo AHA con su Take on me, cuando a penas era  un garbanzo iba a ser la misma canción que iba a escuchar dieciocho años después en un Mercedes antiguo, al lado de una persona que  me mostró por primera vez en veintiún años que estaba viva. Aquella persona que me dijo que en ese especie de grito, en realidad, el cantante decía “in a day or two”… Canción que no he podido oír en siete largos años sin sentir una dolorosa náusea. Cuán apropiada me parece ahora la letra…

Antes de ayer, por motivos diversos, decidí que debía dejar de escribir aquí, ante el desconcierto de todos, enfado de unos, aceptación de unos cuantos y apoyo incondicional de unos últimos.
Pero hoy he derramado una lágrima al escuchar esta canción, encontrada por azar. Moraleja… hasta la mejor canción puede tener su versión y con permiso de AHA… puede ser hasta mejor. Y acompañada por estos acordes recorro mi paseo diario hasta el coche con mi blusón verde favorito, las botas de piel, este pelo larguísimo que me voy a tener que cortar, pero que cada día me gusta más y mi sonrisa…disfrutando de un maravilloso día azul. Me quedo con mi Anni B Sweet.

Qué maravillas aguarda la vida tras las esquinas…??

Qué más me ha hecho llorar hoy?  Un libro que compré hace aproximadamente quince días. Sólo El Señor de los Anillos, me  había hecho llorar. La sonrisa de las mujeres, que ahora descansa sobre la mesa de mi jefe, al cuál se lo he lanzado  tras terminármelo…dicho sea de paso, en el baño, ya que no iba a esperar a llegar a casa. Es un libro que te arranca una sonrisa a cada página y  una lágrima al final. Un libro, de los que te recuerdan que sigue habiendo magia cotidiana. Que el amor, de verdad, existe…

Y la conclusión a la que me  ha llevado el libro es, señores, los capítulos de nuestra vida, están en blanco y sólo nosotros podemos decidir qué escribir en ellos.

Así que este post, lleno de “iluminaciones”, va dedicado a mis cuatro pilares, por creer en mí cuando no me queda fe.

A Anita, por ser mi ese árbol, grande, fuerte y sereno, donde apoyarme y reposar. Por leer la bazofia que escribo y animarme a seguir con ello.

A mi viejo sabio… mi hermano, por cogerme de la mano justo cada vez que tropiezo por caminos pedregosos.

A Virgi… mi faro en la niebla… mi Hermana y compañera.

A ti… por decirme con total tranquilidad que leerás mi relato, cuando  lo publique, por mostrarme el camino y decidir acompañarme en él, a pesar de las dificultades. A ti por inundarme de paz. TU PECOSA NO SE RINDE… ESTÁ HECHA DE TITANIO

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