lunes, 1 de julio de 2013

Pequeño y cansado corazón

Hay días en los que todo, cuesta mucho más. Hay días, en los que mi corazón, está cansado, muy cansado. No sé de dónde saco fuerzas para seguir, luchando, pero aún así, todos los días me levanto y saco las uñas, y peleo, peleo... peleo hasta quedarme exhausta. Al final, parece ser que salgo vencedora, porque vuelvo a casa a tratar de encontrar paz, que no es fácil.
Dicen que son malos tiempos para todos, pero cada uno, sabe lo que se cuece en su olla. La mía, demasiado bien está.
Hoy después de un día horrible, he vislumbrado una cara en mi lugar de trabajo; una cara, muy muy querida, una cara a la que quiero. Se me ha parado el corazón, lo juro... Pero no, no era. No he podido quitarme la tristeza.
Así que he decidido cambiar los planes que tenía para hoy. He llegado a casa, la he perfumado y me he metido en la cocina, después de cuidar de mi pequeño jardín. Adoro la pizza, y sobre todo la pizza casera, adoro estar concentrada en mezclar y conseguir una buena masa... Adoro, coger mi pequeño mortero y poner cosas dentro: eneldo, pimientas, mostazas y un buen aceite... Me relaja, y hoy, necesito urgentemente un mimo, un abrazo. Me comeré mi falsa pizza, porque no, no es una pizza, es una galleta crujiente impregnada de aceite crudo y hierbas aromáticas. Es más rápida que una pizza y tiene un mayor porcentaje de harina integral. Le pondré salmón, ese que compré fresco el viernes. 
Hoy toca mimarme, porque aquí, no está permitido deprimirse. Nunca más. 
Soy una luchadora y soy optimista. Mañana brillará el sol y daré un paseo bajo las jacarandás en flor de camino al coche. Mañana sudaré en zumba y me reiré con mis amigas. Y si hoy no ha sido demasiado bueno, seguro que mañana es mejor.
Pongámonos algo salvajes y disfrutemos


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