domingo, 11 de marzo de 2012

Aléjate de los idus de marzo... o mi once m particular

Cómo empezar...
Todos, absolutamente todos, hemos vivido un 11-M en nuestra vida. A veces ha sido una persona, otras una situación. Pero algo, nos ha estallado en la cara y le ha dado la vuelta a nuestra vida. Mi 11-M, comenzó un día como hoy, hace exactamente siete años... y siete años, ya pican, ya duelen, ya pesan... demasiado.
Y como todos los años, me persigue la maldita cancioncita que como una banda sonora personal me va siguiendo allá por donde voy... sólo que este año, me viene persiguiendo desde hace varios días, desde que asaltó a mano armada mi pobre radio en el coche. Pero me da igual, yo le pongo voz y canto. Sí, qué pasa? Hoy tengo ganas de desnudarme... muchas ganas de desnudarme...
Le pese a quien le pese...
Porque hay que mirar hacia adelante y no volver jamás la vista atrás...


Y me pregunto si sabes
lo que se siente
cuando se ha sido abandonada
sola en el frío exterior.
Quizás debieras saber
lo que se siente
al ser abandonado afuera,
al ser abandonado afuera.





Porque basta ya de ser vertederos de sentimientos, de no poder avanzar. Sí podemos... sí puedo. 

Y por eso, hoy alzo mi copa, por el cosquilleo de la semana pasada en la Plaza del Sol, donde después de estar perdiendo doce años, con dos sidras y dos tapas recuperé a mi chico, a mi amigo, a los ojos azules más bonitos que jamás he visto.

Y como ya está bien de que el pasado, los 11-M marquen mi camino, me voy a desnudar, que mirar para adelante, ya lo hago a diario... 
A las amigas que te invitan a cantar... a noches de cenas, de abrazos silenciosos, de apoyo moral, de cervezas con nuevos amigos... de confesiones en el Coyote, con amigos eternos con los que brindar por un ahora, que es aún más importante que el mañana. De llamadas que no necesitan explicaciones para ir a tu lado y quedarse sentados a tu lado, leyendo. De comidas y tartas... de juegos de mesa y tretas.
De las ganas enormes que tengo de bailar y desnudarme.
De gin tonics en el sitio más caro de Madrid, mientras dos miuras nos observan con la mirada vacía.
De tostadas mojadas en tazas de chocolate ante la mirada atónita de un amigo.
De consuelo y risas...
Porque, hoy, tengo ganas de desnudarme, de mirarme al espejo, cantar y reírme de lo cobarde que es mi pasado.
Hay más por lo que luchar, que por lo que tirar la toalla. No sabemos qué nos deparará el mañana, así que será mejor el levantarnos para averiguarlo, y sobretodo, no tener miedo el levantarnos solos



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