Pero, algo pasa en Invernalia… a esta reina, se le comienzan a derretir, sus muros, sus fortalezas. La armadura, comienza a caérsele a pedazos; unos pedazos que se estrellan contra el suelo y se rompen en mil pedazos. Tiene los dedos helado de sostener la espada que cada vez, con más frecuencia, se escurre entre sus dedos.
-Pardiez!- resoplaba la reina mirando alrededor y descubriendo cómo parece llegar la primavera a su palacio helado.
Todo a su alrededor, se llena de charquitos de agua, que no da abasto a limpiar.
-Es verdad! Es verdad! Ha venido Papá Noel! Ha venido Papá Noel!! Preguntádselo al castor! Preguntádselo!- decía la ardillita al gnomo que sostenía un látigo.
La joven reina, no podía creer, cómo la primavera había vuelto… otra vez.
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