viernes, 4 de noviembre de 2011

Días de lluvia...

Me encanta cuando todo es gris, porque mi vida empieza a brillar, porque me obliga a verlo todo desde una nueva perspectiva...
Me encanta cuando todo el mundo va azorado bajo su paraguas, evitando mojarse los tacones con los charcos, huyendo de los coches, ocultándose de la lluvia... Cuando llueve, yo camino despacio, bajo de ella, me encanta que me empape el pelo, la piel, que me limpie... me hace sonreír.
Me encanta el olor a limpio, a hierba fresca, a húmedo.
Arroparme debajo de mi chaqueta, pisar sin pudor los charcos, mirar al frente y verlo todo tras esa cortina que lo convierte todo en incertidumbre. Parapetarme tras mis gafas cubiertas por diminutas gotas...
El sonido de la lluvia, salvaje, imparable... dulce, melancólica...
Pequeña, tienes razón, que la lluvia arrecie con todo, porque nosotras, si desnudamos nuestras almas y nos miramos por primera vez, ya estamos limpias, somos lienzos donde pintar por primera vez; somos páginas en blanco donde escribir hermosas historias... 

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