miércoles, 23 de noviembre de 2011

Mi decreciente fe en el ser humano...


Hay veces que me pregunto, qué hacemos aquí? Y es entonces cuando me da por divagar yo sola, sobre el milagro de la vida, la evolución de un primer polímero primordial, que poco a poco fue evolucionando,y que acabó en millones de criaturas diferentes, destacando nuestra raza, que mediante un intrincado entramado de células, conexiones sinápticas, adn, metabolismo, memoria, y raciocinio...tachaaaan! NOSOTROS. Eso sin hablar, cuando dejo que el instinto materno, aflore por unos minutos (muy pocos, no sea cosa que se acomode y quiera quedarse) y pienso en cómo dos células, al unirse crean una nueva vida. El útero de la madre se expande y una nueva vida, se hace hueco en él, haciendo crecer el vientre de ésta y abrumándola con oleadas de hormonas.
Pero el ser humano, también ha ido evolucionando, y ha elegido mil caminos diferentes. Esto es lo que veo, yo, hoy en día. El ser humano es somero, irreflexivo y sumamente egoísta. El ser humano es despiadado y cruel. El ser humano no recuerda qué es la decencia, el amor o el compromiso. El ser humano ha desprestigiado el valor de la familia o la tradición. El ser humano, verbaliza lo que no siente, para acallar las inquietudes del que tiene al lado, porque, el murmullo, los requerimientos o sugerencias, le resultan molestos. Sólo importa su único rebullir...
Cada día tengo menos fe en el ser humano; lo cuál me transforma más en una persona corriente, egoísta. Cada día tengo más y más claro que tengo que mirar más por mi propio interés; ya que cada vez que trato de prestar ayuda a alguien que lo precisa, y lo manifiesta a voz en grito o con mudos reclamos; meto la pata. Aunque lo haga con mis mejores intenciones o me equivoco, o confío en algo, en ayudar a alguien que me da la espalda deliberadamente.
Viva la evolución humana... pero sobre todo, viva mi revolución...

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