lunes, 12 de diciembre de 2011

Jane Eyre

Y resurge de sus cenizas cuál ave fénix, y revive para mí...
En el cine con mi Petit suïse, con un cubo inmenso de palomitas dulces, mientras las lágrimas nos surcan las mejillas, mientras suspiramos como colegialas.
Porque yo creo en el amor, en ese, de verdad, del que te marca para siempre. Del que cuando le recuerdas, duele en lo más profundo de tu ser.
Yo soy una Jane Eyre.
Y mientras unos prados verdes, con un señor Rochester, que no es capaz de doblegar voluntades como si fueran un junco. Una flor violeta da vueltas sobre las yemas de ella. Una tez sonrojada...unos ojos cuajados en lágrimas... como los míos...
Y esto, se lo dedico, a aquella niña, de once años, que se sumergió en aquel libro desvencijado, de papel amarillento y viejo, que la enseñó a soñar, un caluroso verano. A esa Jane Eyre, que llevo en mi interior y que lucha por no morir, dentro de esta sociedad.

"(...)
- Jane Eyre... sin saber qué decir?
(...)
-Esto debe de ser un sueño
-Si es un sueño, pues despierta entonces"

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